Hay cosas sobre el PHN y el trasvase del Ebro que en Valencia y Murcia no se pueden oír. O por lo menos, que los presidentes de sus gobiernos regionales, los populares Franscisco Camps y Ramón Luis Valcárcel, respectivamente, no pueden decir en estos momentos. Que sean ellos quienes critiquen ahora la falta de diálogo al anunciar José Luis Rodríguez Zapatero la derogación del trasvase --como si Aznar hubiera dialogado mucho--, que hablen de "decretazo" --el trasvase fue una gran imposición-- y anuncien una estrategia de presión --lo mismo que hizo Aragón y Cataluña y entonces se les acusaba de ir contra los intereses patrióticos--... Pues no parece de recibo. El Levante tiene todo el derecho del mundo a criticar la decisión del Gobierno español, a presionar como considere oportuno, dentro de lo establecido por la ley, pero que aquello que reprochaba hace unos días lo haga ahora no es políticamente correcto.