El debate sobre la cuestión catalana tiene un problema: los argumentarios ultranacionalistas, de una y otra parte, han contaminado el debate por puro oportunismo político. A Rajoy le interesa mucho que exista Rufián, y viceversa. El patrioterismo, como hemos visto una y otra vez, es la perfecta excusa de los autoritarios, los corruptos y los idiotas. Y la democracia, permítanme que insista, va por otros derroteros.

En Cataluña existe una confrontación viciada y trucada. El Gobierno central (es decir la derecha y el centroderecha españolistas), no quiere (no le interesa) reconocer que los ámbitos de la soberanía nacional están en discusión desde el momento en que la población de un territorio (al menos una buena parte de ella) aspira a construir su propia nación. Los secesionistas catalanes, por su parte, quieren utilizar su precaria victoria en las última elecciones autonómicas para desarrollar un proceso en el que la decisión soberanista se produzca tras algún tipo de votación dirigida, impuesta, sin garantías y sin claras exigencias de participación y definición.

Canada-Quebec han producido el mejor precedente en relación con un conflicto bastante parecido al que se da en el caso de España-Cataluña. No sólo por la serenidad que ha presidido allí la realización de dos referendos en la región que aspiraba a la independencia, sino por la elaboración (tras un debate constructivo) de la Ley de Claridad, un texto fundamental basado en el dictamen de la Corte Suprema y la aprobación de la Cámara de los Comunes canadiense. Según esa Ley, los referendos son admisibles, la pregunta debe referirse únicamente a la secesión y se determina que una respuesta en las urnas favorable a la ruptura ha de alcanzar una mayoría reforzada (porque la consulta no va de una decisión política reversible en futuras votaciones). Elemental y democrático.

Si los canadienses lo hicieron (y se acabó el barullo en Quebec), ¿por qué no podemos hacerlo nosotros? Acabaríamos con este miserable enfrentamiento. Que tanto les gusta a los pseudopatriotas.