El decreto de la DGA para impedir el acceso de menores a las carpas festivas en las que se vendan bebidas alcohólicas ha llevado de cabeza este verano a los ayuntamientos. El problema se traslada ahora a las fiestas de Zaragoza, aunque los organizadores de los espacios de ocio y conciertos consideran que acotando zonas para los adolescentes en las que no expidan bebidas es suficiente. En todo caso, si se trata de prevenir el consumo de alcohol entre menores, las medidas coercitivas en el interior de espacios públicos quedan superados por la realidad. ¿De qué sirve acotar zonas específicas en las carpas festivas mientras los jóvenes que se acercan a estos recintos convierten los alrededores en un auténtico botellódromo? Esta claro que el decreto del consejero Antonio Suárez que debía prevenir y solucionar el problema no lo ha logrado.