El Gobierno ha aprobado el proyecto de ley de Seguridad Ciudadana después de rectificar e introducir cambios importantes respecto al borrador inicial que desató protestas de grupos políticos, asociaciones judiciales y colectivos sociales por el formidable recorte de derechos que suponía. Finalmente el proyecto de la que fue calificada ley de la patada en la boca ha incluido parte de las recomendaciones de órganos consultivos que avisaron de su dudosa constitucionalidad. El nuevo proyecto suaviza el carácter meramente policial de la primera entrega. Por ejemplo, quedan ahora prohibidas las redadas indiscriminadas o por razones étnicas, se regulan los cacheos y la estancia en comisaría para la identificación de personas no detenidas no puede superar las seis horas. No hay duda de que mejora el amenazante punto de partida, pero el Gobierno puede ahora acostumbrarse a suavizar anteproyectos de máximos para lograr sus objetivos de mínimos previstos. El contundente proyecto de ley del aborto puede ser pronto otro ejemplo de esta sibilina estrategia gubernamental.