Acabamos de iniciar un nuevo año y todo son nuevos propósitos, para conseguirlos, es clave marcarnos unas metas planificadas, para ello, es necesario en esta sociedad cambiante, impulsar un liderazgo acorde con nuestros tiempos: el Liderazgo 2020.

Un liderazgo proactivo que se caracterice por la labor facilitadora de fabricación y generación de ideas, desde una perspectiva colaborativa y que, de respuesta a las necesidades y demandas de todos los grupos de interés, incluida la propia empresa o organización.

El Líder 2020 debe diferenciarse por su creatividad y por tener como referencia, la agenda medioambiental, su apuesta por la transformación digital y la responsabilidad social, implantando una cultura de empresa que favorezca el aprendizaje, la creatividad y la innovación.

En la era digital, el Líder 2020 tiene que trabajar en un marco de una visión a largo plazo, impulsando la capacidad de trabajo, recogiendo las inquietudes, analizando los cambios en el entorno, contando con las personas y, sobre todo, saber escuchar con dotes de humildad, aprendiendo todos los días del equipo.

El escritor japonés Murakami reflexiona sobre «venimos al mundo a experimentar cosas, a tropezar y a resolver problemas, el premio es seguir adelante en la partida». Esa partida, solamente se gana creando equipo, este es el objetivo del Líder 2020, generar en la empresa, nuevas políticas orientadas a la innovación, la motivación y la proyección del talento.

Ya no es suficiente saber delegar, que es muy importante, hoy es clave que el líder sepa y quiera comunicar, que es la única manera de cohesionar personas, porque de esta forma, se consigue un activo intangible muy importante en la empresa, como es la motivación.

En mi opinión, la palabra clave del Líder 2020, que tiene como principal reto afrontar el cambio climático y la transformación digital, es «empatizar», con el objetivo de generar ilusión, esta será su principal misión, diseñar una arquitectura interna, que empatice y motive.

El Líder 2020 ha de cambiar la corbata por la escucha activa, fomentar la transparencia y dar ejemplo, porque aquellas empresas que sepan diseñar una red de compromisos serán las que triunfarán.

Valores como la ética y la transparencia forman cada vez más parte de la cultura empresarial, aquí está uno de los retos del Líder 2020, generar valor en la organización. Para ello, en su agenda es clave la confianza, porque es como se consigue lo mejor de las personas.

Un Líder 2020, es un directivo que escucha y aprende de su equipo, esta es una de las claves de su éxito.

En el siglo de la revolución digital, el Líder 2020 ha de impulsar nuevas formas de gestionar las personas, con un claro objetivo: retener el talento e impulsar valores de management basados en las emociones y poniendo por delante de todo a las personas, generando auto confianza y con ello, se conseguirá mejorar la motivación y la comunicación en la empresa, redundando en éxitos económicos y de proyección, tanto de las empresas aragonesas, como de la marca #Aragón.

*Exalcalde socialista de Fraga