Los análisis de lindano en la cuenca del río Gállego están mostrando el descenso del contaminante. Pero lo que debe interpretarse como una buena perspectiva no impide comprobar que todavía siguen muy por encima de lo permitido. Y lo que es más grave, los organismos que mantienen el control sobre este proceso temen ahora que las próximas lluvias anunciadas puedan elevar de nuevo los residuos. Sería preocupante de producirse el hecho, ya que entramos en la estación donde la lluvia no será nada inhabitual. Habrá que ver.