Más de un año han tardado sus señorías aragonesas en utilizar el moderno sistema de votación electrónica que forma parte de la renovación tecnológica que se hizo en las Cortes de Aragón en junio del año pasado: cámaras robotizadas, pantallas de plasma colgadas de las paredes, tecnología punta capaz de abrir varios canales para la traducción simultánea, un sistema de control centralizado que graba en vídeo y audio, y un pequeño panel de votación que entierra el rudimentario sistema de mano alzada, forman parte de este innovador kit .

El manual de instrucciones y un cursillo previo no fueron suficientes para que sus señorías aprendieran a utilizar un cuadro de mandos que es similar al de los cajeros automáticos y mucho más sencillo que el de un teléfono móvil. Ni comparación. El presidente, Francisco Pina, se tuvo que emplear a fondo para que los diputados (hubo algunas gloriosas excepciones) dieran al menos el primer paso, que no es otra cosa que pulsar el botón de presente para que el sistema se active y poder elegir después las únicas tres opciones que tienen: votar "sí", votar "no" o abstenerse, todo ello pulsando el botón correspondiente y ningún otro.

Viendo las dificultades que tuvieron sus señorías en el estreno del voto electrónico dieciséis meses después de que fuera instalado, una no deja de preguntarse cómo se las arreglarán para rentabilizar el impresionante ordenador portátil de última generación que les regaló el Parlamento para tenerlos en red y facilitarles el trabajo. No sé.

*Periodista