Como quiera que lo de las listas abiertas para las elecciones sigue siendo una quimera para todos los partidos españoles, en todos ellos se dirime ahora una batalla por los puestos en las candidaturas. En unos, como Podemos o Zaragoza en Común, es más evidente, pero lo mismo pasa con los militantes de Ciudadanos o del PP --donde incluso hay quien se perfila para estar en dos listas--. Hoy conocemos las del PSOE hechas en Aragón para las generales, autonómicas y municipales --aún las puede retocar el partido nacional-- y en todas ellas ha habido sorpresas y tensiones internas. Porque se busca en todos los casos colocar a personas, no a quienes mejor lo pueden hacer. En esto la política sigue siendo vieja.