Esta tierra está condicionada por el cierzo. Los que habitamos Zaragoza sabemos de antiguo que nuestro clima es continental extremado: mucho frío en invierno y mucho calor en verano, con ausencia de las estaciones intermedias. Así, hemos tenido unos días de fresco con el mismo nivel de insolación, y era porque soplaba el viento. Paralizado éste suben nuevamente las temperaturas. De igual forma, pero a la inversa, la actividad política e institucional aguanta hasta el quince de julio, o sea, hoy, y cae inmediatamente en el parón de las vacaciones como si los problemas no existieran o sus protagonistas se olvidaran de ellos. No será así, pero da la impresión de que hubiera un pacto no escrito para no plantear temas ni cuestiones que puedan suscitar el debate, porque el precio a pagar sería altísimo: se quedarían sin vacaciones. El verano es también el de los equipos de guardia; se supone que el alcalde Belloch y el teniente de alcalde Pérez Anadón alternarán sus turnos, e idéntica alternancia se darán el presidente Iglesias y el vicepresidente Biel. Seguiremos gobernados y administrados, pues. Y un buen día, en la última semana de agosto, todo volverá a ponerse en marcha.

*Abogado