Aparte de consensuar un protocolo para regular la convivencia de las actividades agropecuarias con el lobo, el Gobierno de Aragón debe hacer algo más. En las últimas semanas se han multiplicado los avistamientos del cánido, hasta el punto de que ya se especula con que no sea un ejemplar aislado, como dice la DGA. Desde marzo los ataques han supuesto la muerte de 360 ovejas en el entorno de los Monegros. Hay que dar tranquilidad a los perjudicados.