Tras la clausura del XIV Congreso Nacional de Comunidades de Regantes, celebrado recientemente en Torrevieja, este era el titular del diario La Verdad, de Murcia: «Los regantes de Aragón se suman a un acuerdo nacional que respalda los trasvases».

En primer lugar, me gustaría saber qué comunidades de regantes, en concreto, apoyan la política de trasvases que el PP y Ciudadanos relanzan, más allá de que D. César Trillo, en nombre de los regantes del Ebro, forme parte del Comité Organizador de este Congreso.

En segundo lugar, me gustaría saber qué regantes asistieron a este Congreso, pagando 500€, o 450€ si eran federados. ¿Qué regantes, de verdad, pueden permitirse semejante inscripción? Y si no se lo pagaron ellos ¿quién se lo pagó?

Y por último, me gustaría conocer cuánto dinero puso un patrocinador tan especial como SUEZ, la principal multinacional del agua en el mundo, a cambio de colocar su proyecto privatizador del agua y del regadío en este Congreso.

Con sus conclusiones, este Congreso de Regantes nos devuelve al trasvasismo de hace 20 años; ignorando los resultados del debate europeo que hubo sobre el PHN del Sr. Aznar; despreciando los datos y propuestas de los expertos; e ignorando la legislación y las soluciones desarrolladas desde entonces.

La comunidad científica y los expertos de la Administración advierten que los caudales disponibles disminuirán, por cambio climático, en torno al 25%. Por ello nos insisten en que hacer nuevas grandes presas en este país, líder mundial en presas por habitante y kilometro cuadrado, para afrontar las futuras sequias, es tan ineficiente y caro como ineficaz. ¿Sería eficaz pretender afrontar las dificultades económicas abriendo más cuentas corrientes? Embalses no nos faltan en sequía; lo que nos falta es agua. Si nos gastamos el dinero público en nuevas presas, en la siguiente sequía tendremos más presas vacías. Yo particularmente, no estoy en contra de las presas en general, como tampoco estoy contra los aeropuertos y las autopistas; pero si estoy radicalmente en contra de construir aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches y embalses sin agua.

En esta línea, la insensatez de las conclusiones del Congreso de los Regantes, apoyando el Pacto Nacional del Agua del Gobierno, culmina con la propuesta de grandes trasvases para afrontar las sequías en el litoral mediterráneo. Sin embargo, los expertos insisten en que las sequías no son locales, sino regionales; de forma que, cuando el Segura entra en sequía, también suelen entrar el Júcar, el Guadalquivir, el Guadiana, la Cabecera del Tajo, el Ebro y el Llobregat. Por ello, en la reciente sequía, el Trasvase Tajo-Segura estuvo inactivo; sencillamente porque el Tajo estaba también exhausto. El propio Plan Hidrológico Nacional del Gobierno Aznar reconocía, en el correspondiente anexo, que el 20% de los años, en ciclos de sequía, el trasvase del Ebro quedaría inactivo. Por todo ello, confieso mi perplejidad ante este nuevo ejercicio de demagogia hidráulica; pero sin duda, tanto el PP como Ciudadanos, han calculado que conseguirán engañar a más gente en Valencia y Murcia que los votos que puedan perder en Aragón.

En todo caso, más allá de este apoyo a los trasvases, me preocupa el espacio que el Congreso de Regantes ha abierto a la multinacional SUEZ, para privatizar la gestión del regadío en España. Y no olvidemos que SUEZ es la matriz empresarial implicada en el mayor escándalo europeo de corrupción en materia de aguas, el caso Pokémon, a través de Aquagest (a cargo del agua en Alcañiz), empresa del grupo Agbar, que a su vez forma parte de la multinacional francesa SUEZ.

Por último, el Pacto Nacional del Agua y el Congreso de Regantes, bajo el pretexto de conseguir grandes sistemas de usuarios y sofisticados modelos de gestión, proponen la disolución de las pequeñas comunidades de regantes, en línea con el plan privatizador de SUEZ para esos grandes sistemas. En Aragón, más allá de esta estrategia pero en línea con ella, la CHE viene proponiendo la disolución de las comunidades tradicionales del Jiloca en una gran entidad del Jalón-Jiloca, buscando diluir los impagables costes de Mularroya y Lechago en el conjunto de la cuenca, aunque la mayoría de la gente no se beneficie de forma significativa de esas infraestructuras. Sería bueno que las Comunidades de Regantes de Aragón, una a una, ofrezcan su opinión sobre los trasvases, la privatización de la gestión del riego y su propia disolución, aunque sólo sea para aclarar las dolorosas dudas que algunos han querido sembrar.

*Diputado por Zaragoza de Unidos Podemos