La investigación abierta por una presunta estafa de 1,2 millones de euros en Arcosur supone otra chinita más en la rueda de unas promociones de vivienda que tienen a más de dos centenares de propietarios con el alma en vilo, mientras la junta de compensación sigue con el agua al cuello. De momento la lupa policial y judicial escudriña entre las cuentas de los promotores de dos bloques de viviendas, que son los que han denunciado que la cantidad supuestamente desviada coincide con el desfase del presupuesto inicial. Claridad y transparencia es lo que necesita este caso.