Se está terminando el año y en la revisión de los acontecimientos acaecidos y celebrados, noto que algo se ha quedado en el olvido. La celebración de efemérides en este periodo de la Historia de España (últimos 75 años), con actos simbólicos que exteriorizamos de forma muy diversa, son frecuentes a través de los medios de comunicación social, para centrar la atención, motivar o fomentar el valor de determinados hechos. Resulta curioso, como el valor de la paz sobrevenida en 1939, que podemos considerarla como el eje vertebrador de una nueva España, continuadora de la señal histórica que la ha identificado siempre, sea pasada con indiferencia, cuando significamos otros hechos sorprendentes o con relieves insignificantes.

¿Merece la pena el recuerdo? En octubre de 1999, una Resolución de la ONU reconoce, que "la Paz, no es solo la ausencia de conflictos" y señala que las medidas para promover una Cultura de Paz, pasa por un compromiso basado en el respeto por todas las vidas, el rechazo a la violencia, la generosidad, el entendimiento, la preservación ambiental y la solidaridad. Tradicionalmente, el concepto histórico de Paz, siempre sobrevenía a una situación previa de guerra.

La interpretación de un periodo de paz, no se hace lo mismo cuando el espíritu está tranquilo y la serenidad invade nuestro pensamiento, que cuando se está inmerso en un estado de guerra donde la tragedia siempre es la protagonista. En cualquier caso, la paz suele ser bien recibida y celebrada, incluso por los perdedores, que de una u otra forma, lo son todos.

En esta idea de final de una tragedia, celebramos en España el 75 aniversario de una paz que no fue fácil conseguir y también difícil de mantener. Un aislamiento internacional, no favorecía el desarrollo natural, como se producía en las naciones de nuestro entorno, y además, las "dos Españas" que decía Antonio Machado, no peleaban, pero no habían desaparecido. En los años 50, empieza la apertura hacia el exterior, por la alianza con los EEUU y se empieza a fraguar una clase media española, que se consolida en los años 60. En los 70, se suceden acontecimientos decisivos y con el cambio de Régimen (1975), se fortalece el nivel de libertad personal y político, con una Transición, que se consolida con la Constitución de 1978. La llegada del sistema democrático, produce una estabilidad política, basada en la alternancia pacífica de las ideas políticas de los partidos. Se produce lo que ha venido en llamarse un Estado de bienestar, que sin duda ha sido el freno de posibles fracturas sociales que siempre han estado asomadas al devenir político-social de España. Un hecho importante de este periodo, ha sido la participación activa, en la construcción de la UE y su integración en ella.

La mayoría de los españoles vivos, no hemos conocido la guerra, aunque sí hemos participado en momentos convulsos y difíciles de la historia, buenos, malos y regulares, pero siempre ¡¡En paz!! Tenemos el privilegio por nuestra edad, de poder contar cosas con cierta perspectiva histórica, vividas de forma directa y sin el interés que inunda a la sociedad actual. Como la historia es muy compleja y no siempre fiable del trato riguroso y documentado que debiera tener el conocimiento histórico, tenemos la oportunidad de usar nuestro sentido común y nuestras propias vivencias personales, para desenmascarar la confusión y la adulteración que se suele producir en algunos casos. Aunque no vivimos la guerra, sufrimos sus consecuencias inmediatas, lo que nos ayuda a valorar mejor lo que supone y desear con ese motivo, vivir en paz, sin olvidarnos, para no repetirlo nunca, de la sinrazón de esa lucha fratricida.

Considerando la definición que hace la ONU y en la situación caótica actual que reflejan algunos aspectos de la vida, la Paz se nos presenta como un desafío colectivo a ese nuevo concepto de Cultura de Paz, al que hemos llegado, a través de una convivencia no siempre fácil, en un progreso humano y técnico, positivo, continuo y hacia adelante y con mejoras evidentes en las relaciones humanas entre todas las personas del mundo. Aunque todo ello sea insuficiente para garantizar una paz definitiva, como se demuestra con los enfrentamientos bélicos en algunos puntos del Planeta, es el camino para fortalecer el valor de la Paz y poder seguir celebrándose, sin complejos, aniversarios sucesivos.

General en la reserva de la

Guardia Civil