Tres pinceladas de cómo está el patio si eres un ciudadano de sexo femenino. Primera pincelada. Mónica Oriol, presidenta del Círculo de Empresarios, asegura que "prefiere contratar a mujeres menores de 25 años o mayores de 45" para evitar problemas si se embarazan. Por añadir algo a lo muchísimo que se ha escrito ya sobre ello, yo señalaría que muchos/as de quienes están muy arriba lo están por herencia, no por méritos. Si uno se apellida de una manera (como ella) y le respaldan contactos y/o fortuna, que no se atreva a adoctrinar al que se ha bregado a pelo. A mí, por lo menos, no. Segunda pincelada. Apple y Facebook ofrecen, dentro de los bonus a sus empleadas, la posibilidad de congelar sus óvulos para que puedan retrasar la maternidad y seguir con su fulgurante carrera. A mí, la propuesta me chirría. No la encuentro natural. Claro que tener hijos te hace darle al pause a tu vida laboral. Dieciséis semanas, exactamente. Cuando tuve a mi segundo hijo, me felicitaron en mi empresa porque había llevado el embarazo fenomenal, esto es, sin cogerme la baja en ningún momento. Fenomenal para mí no fue, que engordé 17 kilos y parecía un termotanque con patas. Pero no me quejé nada y trabajé como un hombre (creo). Y tercera pincelada. El concejal ¡de Familia! del Ayuntamiento de Madrid destituye a una funcionaria por tener un hijo. Su explicación, que ella prefería conciliar y él la quería a tiempo completo. La alcaldesa Botella ha llamado a capítulo al concejal, le ha reñido con enorme severidad y nos cuenta que ahora está muy arrepentido. Así que le perdona. Yo no. Pero claro, ¿quién podría reprocharle algo a Ana Botella? La verdad es que se ha portado con este hombre como una madre.

Periodista