El paródico Nicolás Maduro no es tan simple como parece, porque en su deriva caudillista viene dando sibilinos pasos para transformar su país de una democracia a una dictadura. Una de las consecuencias de esa asamblea constituyente que, de aprobarse, dividirá y tensará al pueblo venezolano al extremo de situarlo al borde de la guerra civil sería la oficialización o constitucionalización de esos consejos populares que, formados e instaurados por Chávez, vienen operando en barrios, pequeños municipios, incluso cuadras, a modo de comisariados políticos y tentáculos de la voluntad suprema del jefe político con aspiraciones totalitarias: Maduro. Una vez aprobado el proceso asambleario, esos jefes locales del partido pasarían a disfrutar de un poder similar al de los diputados, con capacidad para destinar y gestionar partidas económicas del erario público, adjudicar contratas, incoar denuncias...

Este proceso inverso, desde las revoluciones de izquierdas o las democracias consolidadas a las dictaduras caudillistas fue magistralmente denunciado y analizado por el escritor nicaragüense Sergio Ramírez en Adiós, muchachos, la memoria de la generación que derrotó con las armas al tirano Somoza y que, militando en el Frente Sandinista, ofreció en 1979 una salida a Nicaragüa. Daniel Ortega, lider sandinista y presidente del país durante una década de reformas revolucionarias, con el propio Sergio Ramírez en el gobierno, perdió luego las elecciones en 1990, dando paso a formaciones moderadas que aplicaron fórmulas neoliberales a la economía y conservadoras en el orden político y social.

Ortega, sin embargo, siguió presentándose a los comicios generales, perdiendo contra Violeta de Chamorro, contra Arnoldo Alemán, hasta recuperar la confianza del pueblo y el poder, que en la actualidad ostenta. Pero su filosofía ya no es la misma que en 1979. Los antiguos revolucionarios le han abandonado o han sido purgados y su familia ocupa altos cargos, comenzando por su esposa, Rosario Murillo, vicepresidenta del gobierno. Los Ortega han creado los Consejos de Poder Ciudadanos, destinados a sustituir la democracia representativa por la directamente emanada del gobierno, El modelo de referenia es el Poder Ciudadano, de Chávez, o el Poder Popular, de la Cuba de Fidel.

Por esta senda camina Maduro, pero con el pueblo en contra.

Hasta la derrota final.