El anuncio de la reestructuración de GM en Europa, con 12.000 empleos en juego sobre un total de 62.000, cayó como un jarro de agua fría sobre la factoría de Figueruelas, aunque porcentualmente el ajuste en España tenía menor impacto, 618 trabajadores sobre una plantilla de poco más de 8.000. La medida creó malestar porque la factoría zaragozana había hecho los deberes del plan Olimpia y es una de las de mayor eficiencia productiva. Afortunadamente, la negociación ha sido rápida y el acuerdo, cuya alternativa era someterse a la legislación, está ya a punto de firmarse. Hay que considerarlo un aviso. Pero del mal, el menor.