La tradicional letanía de que agosto es un mal mes para el paro se volvió a cumplir este año y, en Aragón se acentúa porque el pasado mes de julio también registró un aumento de parados en la comunidad, más de 1.500 entre los dos meses. Cierto es que el cómputo interanual recoge un incremento de empleos de 10.000 personas, pero no debería crear falsas expectativas cuando solo en el último mes se han reducido los afiliados a la Seguridad Social en 4.500. La altísima temporalidad y los bajos salarios se mantiene como rémora de un mercado laboral que no se ve beneficiado por la cacareada recuperación, como exigen los sindicatos . Y en Aragón, la mitad de los parados no perciben prestación.