La ley antitabaco cobra un nuevo impulso y advierte fuertes sanciones por su incumplimiento. En este largo trecho que falta hasta su total entrada en vigor habrá reuniones donde se analicen propuestas y borradores para ir perfilando toda una serie de normas. La prohibición por sí misma puede minorizar el impulso, pero siempre estará en el ciudadano que estime como buena educación no fumar cuando se entra en un ascensor o cuando se coge un taxi, en tales casos cuando la obstinación del fumador pasa por seguir fumando, no sirven normas ni multas, solo poner mala cara, toser reiteradamente o tener bronca. No sé si la ley contempla la prohibición de fumar mientras se conduce, porque igual que hablar por teléfono lo estiman peligroso, encenderse un cigarrillo, inhalarlo o apagarlo también lo es. Cuántos accidentes se habrán producido por esos segundos que se prestan en la acción de fumar y no digamos si es con librillo. No obstante cada vez que se habla de esta ley siempre está la doblez de los Gobiernos. Por qué no se empieza por filtrar el tabaco de sustancias nocivas, luego que vengan las normas, al menos serán más congruentes.

*Pintora y profesora de FP