Tras un periodo más o menos prolongado de calma en la sanidad aragonesa, parece que en los últimos días se ha instalado el gafe en el Royo y en el Servet. En el primero se ha roto el único escáner que tienen --comprado hace cinco años y aún sin terminar de pagar-- y las piezas que han llegado no son suficientes para devolverlo a la actividad. Además, siguen a vueltas con el servicio de urgencias y la falta de espacio, en puertas de la llegada de una gripe de la que dicen va a ser más agresiva que el año anterior. y en el Servet, la rebelión de varios especialistas obligó a suspender ayer 27 operaciones, no urgentes pero necesarias para unos pacientes que seguro que llevaban tiempo en espera. A ver cuándo ven la luz.