El cierre de distintos bares zaragozanos que ofrecen música en vivo va a movilizar a músicos y artistas en solidaridad con los responsables y los clientes de estos locales. Los afectados piden que la normativa municipal no se exceda con aquellos establecimientos que disponen de la exigida protección aislante para garantizar el descanso de los vecinos y reclaman al mismo tiempo más condescendencia con quienes vienen manteniendo una digna trayectoria en bien de la cultura. La normativa está para cumplirla, es evidente, pero no se puede hacer tabla rasa porque ya no se podría hablar de cumplimiento sino de atentado contra la cultura.