El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha vuelto a tomar una decisión que perjudica claramente los intereses de Aragón. Está dispuesto a perdonar intereses a las comunidades que se acogieron al Fondo de Liquidez Autonómica, pero no a aquellas, entre las que se hallan Galicia, Madrid, Castilla-León y Aragón, que se financiaron por sus propios medios. Se trata de una discriminación flagrante que pone de manifiesto el maltrato sistemático que el ministro concede a Aragón, pese a los esfuerzos realizados para eludir el rescate estatal. Penalizar a los que en su momento mantuvieron sus cuentas a flote sin recibir ayudas es de un supino cinismo. Del mismo modo, se constata que fue un error enmarcarse a toda costa entre las regiones cumplidoras, cuando el Gobierno ya demostraba esa tremenda insensibilidad.