Asistí hace unos días en Calamocha a un debate muy interesante sobre maltrato de género. En la mesa, dos prestigiosas especialistas: la jueza Graziella Moreno y la psicóloga Verónica Fuentes. La primera, con amplia experiencia en un juzgado penal de Barcelona; la segunda, exhaustiva conocedora de la realidad de Ciudad Juárez, capital mexicana tristemente famosa por centenares de crímenes cometidos contra mujeres.

Ambas se manifestaron con lucidez y sinceridad, sin apelar a demagogias ni clichés. Insistieron en que cada caso es diferente, que debe estudiarse en profundidad y que no se puede generalizar, a riesgo de simplificar el conflicto y errar en su diagnóstico y solución. La charla, organizada por el equipo cultural de Mayte Beltrán y Pilar Esteban, despertó mucho interés. El público, entre el que se encontraba el alcalde de la localidad, Manuel Rando, llenó el Centro José Lapayese y participó activamente. Es un tema este, el del maltrato de género, que ha calado en nuestra sociedad, y aflora en numerosos aspectos y dudas. Las ponentes atribuyeron muchas de sus manifestaciones a la imposición de patrones erróneos e insistieron en la necesidad de combatir los malos hábitos convivenciales con la educación.

Graziella Moreno, además de jueza, es escritora de libros de ficción. Sus pasos literarios la han orientado hacia la novela y, dentro de los géneros, al negro o policial. Todas sus historias, aun siendo ficticias, parten de hechos reales y están protagonizadas por hombres y mujeres reales, de hoy, como los que ve a diario en los juzgados.

Su última novela, Invisibles (editorial Al revés), trae a su trama a los desaparecidos. En España, son más de treinta al día. Cifra escalofriante que desciende a medida que muchos de ellos son localizados, pero que vuelve a dispararse una y otra vez. Ahora mismo hay en nuestro país varios miles de personas cuyo paradero se ignora y de muchas de las cuales no se tiene ni la esperanza de que regresen. Asociaciones como la de Paco Lobatón, con quien ha contactado la jueza Moreno, hacen una gran labor, pero el problema perdura, así como las causas (entre las cuales la trata) que lo provocan. Muy grave.