Pretender que un municipio de 1.528 habitantes como Belchite tenga capacidad de inversión en las ruinas del pueblo viejo es como pretender que Roma sola mantenga todo el patrimonio cultural de la ciudad. Los restos del antiguo Belchite son patrimonio de todos y como tal deberían implicarse todas las instituciones, desde la DPZ a la DGA pasando por el Gobierno central. No se trata de recomponer lo destruido, sino de afianzarlo para que no se hunda más.