El Estado Islámico (EI) nos ha enseñado que cualquier horror es posible. En su catálogo de barbaridades hay de todo, desde las decapitaciones hasta la venta como esclavos de mujeres y niños apresados en Irak. En el colmo de la deshumanización, ha elaborado incluso una lista de precios según la edad. Dos días después de saberse este retorno a la esclavitud, noticias llegadas de Siria añaden mayor crueldad a la ya desarrollada hasta ahora por el yihadismo radical que allí opera. EI está utilizando a niños menores de 12 años e incluso de 10, a los que se obliga a asistir a decapitaciones y hasta se les fuerza a hacerse fotos con las cabezas cortadas.

Y no solo eso. Reciben entrenamiento militar y adoctrinamiento religioso en una versión que poco tiene que ver con las enseñanzas del islam. Los expertos aseguran que a esta edad los niños todavía no tienen totalmente definido el sentido moral. Forzándolos a sumergirse en el más espantoso horror, el EI pretende formar verdaderas máquinas de matar que solo sepan de violencia, y así asegurar la continuidad de una organización que parece estar preparándose para una guerra larga, aunque no le faltan adeptos llegados de todas las partes del mundo, atraídos por la violencia del proyecto. El uso de niños como soldados no es una novedad. Ha ocurrido un montón de veces en varios conflictos, particularmente africanos. Pero ninguno había amenazado a Occidente tan directamente como el que protagoniza el EI con su voluntad de expandir su proyecto destructivo hasta el Mediterráneo.

CRIMEN DE GUERRA

Según las Naciones Unidas, el uso de niños de menos de 15 años en un conflicto armado constituye un crimen de guerra y como tal debe ser juzgado. Sin embargo, en estos momentos esto es prácticamente imposible. Occidente, por mucho que nos horrorice el desvarío de violencia que protagoniza el Estado Islámico en Irak y Siria carece de medios para combatir tamaña barbaridad de forma rápida y eficaz.

En realidad, ni siquiera dispone de medios y de voluntad para acabar con la guerra de Siria. Desde que estalló aquel conflicto se han cometido demasiados errores, que han permitido la aparición y el dominio del Estado Islámico en una parte del territorio. Ahora son los menores quienes pagan y pagarán por ellos.