El Sr. Rouco Varela se ha sumado a la teoría de la conspiración: "No sabemos cuáles eran los fines últimos de los terroristas". Pues oiga, cualquiera lo sabe: matar. Qué curioso ¿se preguntó alguna vez cuales eran los fines de tantos atentados de ETA? Se lo aclararé yo: pues matar. Pero a usted, todavía arzobispo de Madrid, no le interesa una respuesta tan evidente. Lo que le interesa es sumarse a las voces del PP, la de la Sra. Cospedal o el Sr. González por ejemplo, que siguen alimentando la infamia que aquel día fatídico se inventaron, contra todo indicio racional, Aznar y compañía con el apoyo de una serie de periodistas indignos que han mantenido y mantienen todavía la mentira aun a costa de hacer sufrir a las víctimas añadiendo dolor al dolor. Los insultos que desde la emisora de los obispos tuvo que aguantar Pilar Manjón son paradigmáticos de cómo se puede prostituir un oficio y unos micrófonos. Y ahora, diez años después, algunos siguen en lo mismo con tal de vender periódicos. Y hay gente dispuesta a comprar su versión y su veneno. Unos anónimamente y otros con nombre, apellidos y cargo en el PP, siguen ofendiendo a Pilar Manjón, ejemplo de dignidad donde los haya. Cuesta entender las razones por las que, después de perder un hijo, haya tenido que tener protección policial durante años. En un Estado de Derecho la verdad la establece el poder judicial. El partido popular debe de pedir perdón por tanta infamia. Del arzobispo de Madrid no voy a decir nada. Está todo dicho.

Profesor de universidad