El nuevo consejero de Hacienda de la DGA, Javier Campoy, creará cuatro nuevos órganos de gestión del dinero público para supervisar y coordinar la ejecución presupuestaria y controlar el gasto. Dicho así suena bien, pero la pregunta que cabe formularse es si la Administración no tiene ya suficientes resortes (jefaturas de servicio, direcciones generales, y en último extremo la propia Intervención) como para que sean necesarios nuevos estamentos. En unos meses, con la liquidación del presupuesto anual, se verá si realmente estos mecanismos de control adoptados por el consejero han dado resultados. Y, en ese caso, se podrán extraer conclusiones sobre la suficiencia o insuficiencia del modelo actual. Todo sea por conseguir que las cuentas cuadren y que no vuelva a producirse un déficit millonario como el del año pasado.