Las agresiones por malos tratos se han disparado en Aragón espectacularmente en lo que va de año dentro de la tónica alcista que afecta a toda España. Pero esta tendencia similar no debe, en absoluto, relajar las políticas activas contra la violencia de género en nuestra comunidad. Además de todo lo que ya se hace desde el Gobierno central y las nuevas leyes, el papel del Instituto Aragonés de la Mujer (AIM) de Aragón que dirige Elena Allué es importante. Ya está atendiendo las denuncias de numerosas mujeres maltratadas pero, es evidente, que hace falta mucho más. Los incidentes en el ámbito rural han crecido considerablemente y ahí el IAM debería tener partidas especiales en los presupuestos de la DGA del próximo año para poder hacer frente a las demandas de las afectadas. Si además el modelo policial no falla --porque hay casos en que se ha demostrado su mal funcionamiento-- lograremos pronto invertir estas negativas estadísticas.