Aragón, sin ser un destino turístico de primer orden en comparación con los que ofrecen sol y playa, está afianzando en los últimos años una oferta de calidad basada en la cultura, la naturaleza --con sus espacios emblemáticos-- o la gastronomía que capta cada día más visitantes. Su aportación al PIB y al empleo es significativa para un territorio de interior. Sin embargo, el personal encargado de la supervisión y control de los establecimientos del sector apenas alcanza a cinco inspectores para toda la comunidad. Aunque su labor y capacidad sean encomiables, es urgente dotar al servicio de los recursos necesarios para una función que repercute en la calidad de la oferta y, por tanto, del atractivo.