"Esta vez son diferentes". Curioso lema elegido por el Parlamento Europeo para concienciar al electorado de la relevancia de su cita con las urnas. Pero, ¿son realmente distintas estas elecciones? Un rotundo sí. Uno, porque por primera vez los partidos parlamentarios designan su candidato a presidir la Comisión Europea, de manera que los ciudadanos conocemos la cara de aquellos que podrán representarnos en esa institución encargada de gestionar el presupuesto de la UE y asignar fondos, de velar por el cumplimiento de la legislación comunitaria, de proponer nuevas leyes al Parlamento y Consejo, y de representar a la Unión en la escena internacional. Dos, porque nos jugamos el futuro de la UE, tan erosionado en los últimos tiempos por la fuerza arrolladora de esa ola voraz del euroescepticismo y la eurofobia. ¿Quién osa alimentar de nuevo los nacionalismos, aquellos que nos condujeron al desastre de las dos grandes guerras y terminar así con el desarrollo de la UE como potencia no solo económica sino política? Son muchos años de trabajo y sacrificios como para dejar que nuestro barco encalle en la primera marejada. De ahí la importancia de votar. Debates como el de ayer, Valenciano&Cañete, de poco suelen servir para sacar a la ciudadanía de su hartazgo electoral, pues cuando uno los escucha se dice a sí mismo "más de lo mismo", pero ayudan a despertar la curiosidad y el interés electoral. Lástima que el resto de los partidos no tengan las mismas oportunidades. Periodista y profesora universitaria