A la apertura de la A-132 como alternativa al cierre del Monrepós, no paran de surgirle problemas. La DGA ha paralizado las obras que realizaban tras el derrumbe que la mantuvo cerrada siete horas el pasado domingo. Los vecinos de la zona les acusan de tirar los escombros al río, lo que niega la DGA. Pero el malestar social ya se ha apoderado de la situación. Hay que mantener la calma, pero siendo cuidadosos con las afecciones y el medio ambiente.