En tan solo dos semanas la estafa masiva de las recargas en las tarjetas del transporte público de Zaragoza se ha multiplicado por diez. Ya son más de 3.000 las que contabiliza la empresa concesionaria del autobús, Avanza. El fraude, por tanto, adquiere dimensiones importantes ya que puede repercutir en las certificaciones de la propia empresa. El proceso de supresión de la tarjeta cuenta, además, con el agravante del coste de la fianza de las mismas (dos euros) y que pudiera trasladarse a la ciudadana y la Lazo, más difíciles de hackear, asumiendo el ayuntamiento el control de la venta. Por si fuera poco, esta crisis se produce con el consistorio en funciones, así que la nueva corporación tendrá que decidir.