Tras la última crisis se tardó 15 años en reducir la tasa de paro del 25% al 8%. Hagan cuentas con la intensidad y la respuesta política en la actual. Casi seis millones de desempleados y los que sí entran en el mercado laboral lo hacen en tales condiciones de temporalidad, a tiempo parcial o con salarios de miseria que poco pintan para algo. Pero más vale eso que nada, dice el portavoz popular de Hacienda en las Cortes aragonesas, Jorge Garasa, mostrando su capacidad de alternativas y su voluntad de resignación política. Representa la imagen de quienes están en las instituciones para describir lo que hay, como si los síntomas fueran la cura. Quizá porque la sanación que él y los suyos procuran lo refleja más acertadamente el dato de que los márgenes empresariales crecen al 6% mientras los sueldos bajan a un ritmo del 2%. Cuenta redonda. En un documental, un bosquimano con taparrabos, arco y flechas persigue en una maratón hasta el agotamiento a una gacela, su comida. Durante la carrera de fondo encuentra un charco --donde cualquiera de nosotros se negaría incluso a meter la mano, advierte el narrador-- y con un manojo de paja como filtro absorbe el brebaje que evitará que se deshidrate hasta conseguir la pieza, que caerá vencida por la persistencia del cazador. El escenario todavía les parece idílico a algunos, tanto que lo próximo que reformen será la privatización del charco y --por una pierna de gacela-- el que quiera seguir corriendo que se arrodille y beba a morro. ¿O no vale más eso que nada? Periodista