Un centenar de militares de la Agrupación Logística de Zaragoza participará, a partir del próximo mes de septiembre, en la misión que España desplegará en Afganistán, en la que será otra arriesgada operación que tendrá lugar 16 meses después del accidente del Yak-42 en el que murieron 62 miembros del Ejército que regresaban, precisamente, de esa zona de Asia central. Las sombras y las dudas vuelven a cernirse sobre la misión por lo complicado de la misma y por el hecho de que el Ejército tendrá que volver a utilizar aviones de las repúblicas exsoviéticas para trasladar todo el material necesario. Es por ello por lo que el Ministerio de Defensa que dirige José Bono debe garantizar la máxima seguridad a todos los voluntarios que quieran participar en ella, tanto en el ahora complicado territorio afgano como en los traslados de la expedición. Sólo así se devolverá la confianza perdida tras los errores del pasado.