Uno de los autores que estudiamos en Filosofía los que cursamos el bachillerato fue Immanuel Kant. Era árido y difícil de entender para chavales/as de unos 18 años. Nos tuvimos que aprender de memoria los contenidos de la Crítica de la Razón Pura y la Crítica de la Razón Práctica, como aquel de los juicios sintéticos a priori son posibles en las matemáticas, porque se basan en el espacio y el tiempo que son intuiciones a priori. Pasado el tiempo, con un mayor equipaje formativo, aquellos que estamos ocupados y preocupados por la ética y la política --para algunos una mala costumbre--, hemos tenido que recurrir a algunos libros del filósofo alemán, que nos siguen proporcionando alguna luz para estos tiempos tan sombríos y dramáticos. Como el impresionante Respondiendo a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?, donde nos dice el conocido Sapere aude, atrévete a pensar; ten valor de servirte de tu propio entendimiento, he aquí el lema de la Ilustración. Es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad, que significa la incapacidad de servirte de tu propio entendimiento sin la guía de otro. Hoy ese espíritu de la Ilustración es imprescindible recuperar, mas la pereza, la desidia y el miedo son las causas de que una parte importante de los hombres permanezca sorprendentemente en minoría de edad a lo largo de su vida. Otros, una minoría, ya se preocupan de pensar por ellos. Y así nos va: nunca tan pocos engañaron tanto a tantos en tan poco tiempo.

O el de Sobre la paz perpetua, en el que su principal objetivo, para lo que establece una serie de propuestas, es la abolición de la guerra, partiendo de la hipótesis de que si los hombres han conseguido pasar del estado primitivo natural, un estado de guerra de todos contra todos, pueden llegar a un estado de paz o de derecho en donde los conflictos se dirimen por tribunales. Debería ser de lectura obligada para todos los estadistas, como también para la ciudadanía en general.

Y EL BREVE ensayo Replanteamiento de la cuestión sobre si el género humano se halla en continuo progreso hacia lo mejor, enmarcado en sus escritos sobre la historia, donde Kant se plantea la pregunta de si el género humano "progresa continuamente hacia lo mejor". Se refiere no solo al mero desarrollo material, sino fundamentalmente a un progreso moral. Tratando de identificar un acontecimiento que funcione como un signo histórico demostrativo de la tendencia al progreso moral del género humano, lo encuentra en la Revolución francesa. Este hecho le reafirma que el progreso moral es real. Gracias a él se produjo un cambio de rumbo en la historia de la libertad humana. La respuesta de Kant constituye una muestra de apoyo en el continuo progreso moral y político del género humano, algo muy característico del pensamiento ilustrado. Sorprende que concluya la obra con una afirmación, profundamente profética:

"Érase una vez un médico que consolaba día tras día a sus pacientes con la esperanza de un restablecimiento inminente, diciéndoles a veces que el pulso latía mejor y otras que la expectoración indicaba una sustancial mejoría o que su copiosa transpiración era un magnífico síntoma de recuperación. Así las cosas, cuando un buen día le visitó uno de sus amigos, al preguntarle por la marcha de su enfermedad, éste le respondió: ¿Cómo quieres que me vaya? ¡Me muero de tanto mejorar!".

Estas palabras son perfectas para reflejar nuestra situación actual. Nos dicen, en una campaña perfectamente orquestada entre la clase política del PP y los grandes poderes económicos y mediáticos, que en España se está produciendo una mejoría económica indiscutible, basándose exclusivamente en el aumento de la inversión, las ganancias de la bolsa y el descenso de la prima de riesgo. Parece como si estuvieran en una burbuja, totalmente desconectados de la realidad. Sin embargo, la situación de la gente normal es otra muy distinta con un empobrecimiento generalizado de la mayoría de la población, para ello no hay más que observar: rebaja de las pensiones, aumento continuo del paro y quienes encuentran algún trabajo en condiciones deplorables de acuerdo con una reforma laboral cruel; salarios cada vez más reducidos, aumento descontrolado de los precios de la luz y energía, ataques brutales a nuestro Estado de bienestar, etc. Por ello, la mayoría de los españoles podría usar las palabras de Kant, que dan título a este artículo.

Sigue diciendo Kant unas palabras plenas de actualidad, "nada reprocho a quien entre los males del Estado (como en esta España nuestra) comienza a desconfiar de la salud del género humano y de su progreso hacia lo mejor, pero yo confío en la heroica receta de Hume, como en una medicina que puede proporcionar una rápida cura contra ese desaliento: son los males que la propia guerra (el neoliberalismo actual) produce, incluso para el egoísmo de los propios gobernantes, lo que actúa como impulso para desear la paz (la justicia) o para que se produzca algún acontecimiento revolucionario que fuerce a imponerlas, por cierto, no descartable visto el nivel de sufrimiento acumulado". Termina con una advertencia Sero sapiunt Phryges (tarde aprendieron los troyanos). El que avisa no es traidor. Profesor de instituto