Los detalles son fundamentales. Aunque la comunidad vaya despegando, con sus datos del empleo y todo lo demás, hay que estar por los detalles. La Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) ha presentado 260 propuestas de mejoras locales, algunas diminutas. Se trata de medidas recogidas a pie de calle y de vecindario, algo relacionado con esa microutopía del gobierno vecinal, la democracia participativa, etc. Que puedan participar los vecinos un poco más en la elaboración de los presupuestos, o al menos que les dejen meter la cabecica. A la larga es un cambio de un clientelismo muy establecido por otro latente, y será difícil, pero tiene su encanto en la medida que se airean las estructuras y si se va dando voz a las reivindicaciones del gentío. Estará bien que el ayto. les eche un ojo a esas 260 medidas, que los medios difundan el listado completo, que se pueda consultar en internet, etc. Con los grandes proyectos y con las enormes realidades es posible que los organigramas (algunos reforzados con buenos sueldos) oficiales no puedan llegar a todo, o que sientan la tentación de posponer esas pequeñas mejoras que a la hora de la verdad convierten la vida de miles de personas en un calvario, y que podrían solucionarse con un poco de dedicación y unos pocos euros, nada comparable a los metros, tranvías y romaredas. Esa escalerilla que piden para salvar el escalón de la caja del AVE en la horquilla de Iriarte Reinoso, que sube y baja la gente a campo través, ya se ha haciendo una escalerilla a fuerza de trepar y destrepar.

Hay cien ejemplos, bueno, 260 según la FABZ. Ha de haber en cada gabinete de mando alguien que se ocupe de esos detalles, de esas miniobras y apaños que a la larga son fundamentales para que una ciudad en marcha, en plena conmoción (también metafísica, siquiátrica), siga funcionando por todos los poros. Lo pequeño es fundamental también cuando funciona lo grande. Lo malo no es que se repare y se adecente un camino peligroso hasta la casa de un concejal (sería la primera vez desde el neolítico en que no ocurre así), lo malo es que no se vayan reparando todos a esa misma velocidad. Y será fundamental que las asociaciones de vecinos, que tan buena labor desempeñan, vayan actualizando los censos y celebrando elecciones. Cuanto más tarden, peor.

*Escritor y periodista