El consejero de Sanidad del Gobierno aragonés, Sebastián Celaya, debe reconducir cuanto antes el problema que tienen los diabéticos con las agujas para insulina que les producen hematomas, heridas y dolor por ser de mala calidad. No es de recibo. Hay que buscar medidas inmediatas porque los pacientes no pueden esperar un mes o más a que lleguen las agujas nuevas. Son vitales para ellos. Inaudito que todo sea porque las malas cuestan 3 céntimos menos.