Este apartado es posiblemente el más útil y divertido en principio. Casi nada tener ordenados y preparados los enlaces (gratis todavía en su mayor parte) a la principal prensa de papel de España y del mundo. Y también a la exclusivamente en línea. La primera es breve en mi lista, aunque tengo para ocasiones mucha prensa regional o local. La virtual la tengo ordenada numéricamente, y solo en ocasiones la recorro: si tengo poco tiempo, veo eldiario.es y si algo más, Infolibre, Público, El Confidencial, El plural. República y El Español, con muchas columnas de viejo periodismo, me siguen interesando a veces.

Un catálogo enorme es el de las revistas, pues hoy casi todas las antiguas de papel como las exclusivas en línea, están en la red y son casi todas de lectura gratuita, tanto la culturales y literarias (me gustan Zenda, Mercurio, Letras Libres, Jot Down, muchas sobre arte, música, teatro o cine y fotografía; algunas científicas como Nature, Science, National Geographic, etc.) También algunas jurídicas, filosóficas, económicas, políticas de vario signo (El Siglo, ctxt.es, El Temps, La Marea).

Y un apartado enorme para el humor y los cómics: antologías, historia, estudios, exposiciones y museos, monografías sobre autores (de Freixas, Quino e Ibáñez a Carlos Giménez, Miguelanxo Prado, Altarriba, Azagra), cientos de tebeos añorados (TBO, DDT, El Cachorro, Capitán Trueno, Cuto, Mortadelo, Asterix y Tintin, Corto Maltés y Rip Kirby, El hombre enmascarado, Hazañas bélicas, FBI y los superhéroes), revistas de humor critico como El Jueves o Mongolia, solo parcialmente consultables.

En cuanto a la prensa aragonesa, además de los cuatro diarios, tengo a mano La Comarca (Alcañiz), escribo y veo con frecuencia andalan.es, reedición de nuestra vieja revista político-cultural, y visito las docenas de webs aragonesas o más ceñidas a las capitales, comarcales y locales: Aragón hoy, de la DGA; Aragón 20 minutos, del grupo Heraldo; RedAragón, ofrecida por este periódico; Diario aragonés, de Radio Ebro; Arainfo de corte aragonesista, y un largo etcétera.

En cuanto a revistas, son accesibles las de los tres institutos provinciales de las diputaciones, y sus delegaciones comarcales: rigurosas aportaciones de todo tipo. Hay otras varias de la Unizar, las privadas culturales (Rolde, Crisis, Barataria, Imán, el grupo del Centro de Estudios de Andorra, o el bloque en torno a los Cuadernos de Cazarabet.

Otro servicio maravilloso es el de la radio: en la red no hay ruidos o interferencias, el sonido musical es bueno, aunque uno «sintonice» desde mil kilómetros. Y, de hecho, muchas emisoras emiten también imagen, vídeos, entrevistas, retransmisiones, como ocurrió con la fracasada elección presidencial en julio: todos, prensa de papel y virtual, radio y televisión, ofrecieron total o parcialmente los debates. Otra virtud es que en muchos casos, sobre todo los dos últimos, es posible elegir programas ya terminados, incluso muy antiguos.

El Periodismo me interesó siempre (por eso cursé la carrera en los sesenta), y sigo su historia, facultades y planes, asociaciones (la de Aragón, ya Colegio, excelente), debates sobre ética y grupos, de Prisa a Prensa Ibérica, de Planeta a Mediapro y Vocento. En mi catálogo de periodistas: Aguilar, Gabilondo, Ramoneda, Gallego-Díaz, los fallecidos <b>Cueto </b>y <b>Verdú </b>y toda la nueva hornada de <b>Juan Cruz</b> y<b> Évole</b> a Ignacio Escolar y Jesús Maraña, o extranjeros como Kapuscinski, <b>Jo</b>n Lee Anderson o Arston Ash.

El delirio es acercarse a la prensa extranjera, legible entera casi siempre, de Le Monde y Liberation a Charlie Hebdo y Nouvel Observateur, Il Giornale e Il Manifesto, Diário de Noticias, Visâo y Expresso, La Tribune de Genève, los argentinos La Nación, Clarín y Página 12, y muchísimos latinoamericanos o el fabuloso mundo anglosajón, hasta llegar en ocasiones a prensa africana francófona, japonesa o india en inglés.