La revista Turia ha dedicado la sección Cartapacio de su último número a la figura de Boris Vian. La monografía ha sido coordinada por Juan Antonio Tello, y ofrece muy interesantes artículos de Nicole Bertolt, Marc Lapprand o Fran§ois Roulmann, entre otros especialistas en la figura del brillante y enigmático escritor.

Escritor, compositor, músico, editor, crítico y un sinfín más de ocupaciones, aficiones u oficios colmaron la corta vida de Vian de toda clase de experiencias artísticas, muchas de ellas entroncadas a las patafísicas de la vanguardia, a los experimentos de Ionesco, Queneu y demás surrealistas que lo consideraron uno de los suyos. Estudiando su biografía llegamos a preguntarnos de dónde sacaba Vian el tiempo para operar en tantos y variados campos, y hacerlo siempre con intensidad, lucidez... y una pasión por el riesgo que todavía emerge en sus escritos, como en si en vez de palabras leyésemos clavos de punta.

Uno de los libros más legendarios de Vian, y en el que convergen buena parte de sus cualidades y defectos (pues también los tuvo) es probablemente la célebre novela Escupiré sobre vuestra tumba . Un auténtico bombazo en 1947, un best-seller capaz de vender la entonces (y ahora) astronómica cifra de un millón de ejemplares. Sin embargo, y al margen del éxito de ventas, el libro hizo sufrir a Vian, pues su contenido motivó varios procesos judiciales por supuestos atentados contra la moral.

Leída hoy, Escupiré sobre vuestra tumba mantiene todo el frescor, la sátira, el descaro, la velocidad y el trasfondo inmoral de que el autor quiso dotarla. Vian conocía bien la recién fundada novela negra americana, sobre todo a raíz de sus traducciones de Raymond Chandler y Peter Cheyney, y decidió probar suerte en el género con el seudónimo de Vernon Sullivan. Sin que ello significase que el enmascarado autor, atareado en otras múltiples facetas de su creatividad, se tomase demasiado en serio su vocación de novelista policíaco, aunque probablemente disfrutase de lo lindo escribiendo según el canon que Hammett y Cain habían fundado unos cuantos años atrás.

Escupiré sobre vuestra tumba toma como satírico objeto de crítica el racismo americano. Un tal Lee Anderson, hombre de color, pero con apariencia de blanco, será el encargado de vengar a los de su raza en el marco de una pequeña comunidad dominada por los blancos. Así, Anderson se introducirá en el ocioso ambiente de las grandes familias. Ingenioso y culto, incluso un tanto despótico en el trato, Lee tiene gancho con las chicas, con esas adolescentes de faldas lisas y calcetines de colores. En pocas semanas descubrirá que una petaca, un coche y la apartada ribera de un río suman una fórmula irresistible para entregarse a la seducción.

De alto voltaje sexual, la novela irá acumulando una suerte de contenida violencia, hasta estallar en un desenlace que, aún hoy, resulta de una crudeza de difícil digestión. Final algo forzado, hay que decirlo, pues no acaba de corresponderse con el clímax del texto.

Escupiré ... es, en el fondo, un pastiche. Pero un pastiche genial.

*Escritor y periodista