El mundo del espionaje suele ser tan secreto como las actividades que les son propias, pero de vez en cuando alguno de sus protagonistas deja de ser uno de los suyos y habla, denuncia... No es el caso, exactamente, de Amaryllis Fox, porque su versión de la CIA, agencia a la que ha pertenecido durante muchos años, es netamente positiva, pero en su reciente libro, Encubierta, nos cuenta muchas interioridades y alguna que otra sonada revelación.

Uno de los capítulos está dedicado a los mecanismos de captación de agentes. Ella fue reclutada por la suma de una serie de circunstancias. Por un lado, había conseguido sacar de Birmania información que ponía en riesgo su vida. En la Universidad de Oxford llamó la atención por sus algoritmos sobre células durmientes del terrorismo yihadista en distintas partes del mundo. Pero fue el degollamiento de un compatriota, Daniel Pearl, a manos de Al Qaeda, el detonante que le empujaría a alistarse en la CIA, con el propósito de contribuir a impedir futuros atentados.

Parte de su libro lo dedica Amaryllis a su período de formación en Langley, cuartel general de la CIA. Más concretamente, a su estancia en un acuartelamiento apodado La Granja, donde los alumnos se ejercitan durante meses en operaciones de seguimiento, análisis y eliminación. Ellos mismos son sometidos a duras pruebas psicológicas y deben aprender a disfrazar su personalidad, encubrirse en terreno enemigo y socavar sus defensas, captando otros agentes en redes destinadas a filtrar información militar o relativa a grupos armados que puedan atentar contra Estados Unidos. Amaryllis afirma que ya en los años noventa la CIA disponía de abundante información sobre planificación de atentados en suelo norteamericano por parte de las distintas ramas del terrorismo islámico, a base de artefactos explosivos, aviones (con los que finalmente conseguirían derribar las Torres Gemelas), intentos de magnicidios y un sinfín de planes una y otra vez abortados por agentes de la CIA a quienes Amaryllis considera esencialmente patriotas. Ella misma contribuiría a desbaratar algunas de esas conspiraciones, a base de infiltrarse en redes terroristas de Oriente Medio y África.

Para conocer un poco mejor a La Compañía…