Habrá que tocar madera por si acaso, pero lo cierto es que en lo que llevamos de verano Aragón ha sufrido menos incendios forestales que en el 2017. En concreto un 50% menos, lo que ha sido posible por el grado de humedad de los montes de la comunidad. Y todo ello gracias a las abundantes lluvias registradas en la primavera y que también sirvieron para aumentar el nivel de agua de los pantanos aragoneses. Pero esta situación positiva no debe de hacer bajar la guardia y hay que seguir vigilando para controlar posibles focos.