La próxima construcción de 9.500 viviendas de VPO en el nuevo barrio de Valdespartera ha abierto grandes expectativas entre los zaragozanos que ven ahora la oportunidad de conseguir una vivienda a precio razonable. Tanto el Ayuntamiento como el Gobierno de Aragón controlan minuciosamente el proyecto para garantizar la limpieza en la adjudicación del suelo a las promotoras y el reparto de los pisos, pero la fiebre por construir y comprar ha hecho que se produzcan ya los primeros abusos, que están siendo investigados por la inspección de la DGA.

Uno de los principales mecanismos de la nueva ley de Vivienda de Protección Oficial es, precisamente, la supervisión del proceso de compraventa. Para que pueda desarrollarse plenamente, la ley tiene que rodar primero y detectar aquellos coladeros por los que pueden filtrarse prácticas como las denunciadas ayer por EL PERIODICO, y que convulsionaron el mercado inmobiliario justo cuando empieza a rodar uno de los proyectos más esperados. Ha quedado claro que las expectativas generadas en torno al nuevo barrio están alimentando muchos intereses que sólo se pueden neutralizar con una puntual información y con la inspección administrativa.