Ay, uf, qué días, qué tardes. Cada día una bomba, no hay que dejar que nos asusten más de la cuenta, más de lo que ya estábamos. Más daño nos hacemos sin ayuda de terroristas, fumando, chocando con los autos locos, atiborrándonos de grasas nisesabe, comprando cosas que nunca vamos a usar, tallas que no nos caben... Pobres trenes, tan nuevos, parados en sus vías, pobre viajeros todos. Pobres polis, todo horas extras, todo Tedax. Vuelve esa palabra a los días, vuelven las bombas y las amenazas. Esta situación ha de hacer que rebajemos las trifulcas internas, incluso domésticas. No la vigilancia ante los chanchulleos del poder, de todos los poderes en general, pero sí las broncas rituales, la famosa crispa§ao que tanta marcha nos viene dando. Hay que estar con los Tedax bien abiertos y reñir poco, que esa energía luego hace falta para los imprevistos, para salir corriendo con las mantas... y ya se ve que este es el tiempo de los máximos imprevistos, lo que no deja de ser una previsión. Ya están todas las maletas hechas, nos da igual que suba la gasolina, que se reúna la OPEP, que se dispare el acero en Birmania, que lo que sea. Estadísticamente, más males nos causamos con nuestros perniciosos hábitos, con lo que estropea la vista la pantalla y ¿no oyen chisporrotear las neuronas junto al móvil? Bueno, y la moda, la ropilla, todo eso que nos da de vivir, los gadgets íartilugios tecnológicos que nos ayudan a sobredimensionar nuestras tardes de horas cambiadas, nuestras meriendas con bombas. Vaya plan. La operación salida se amplía a la operación mochila, paquete, bulto. La profesión más demandada es encargado de obra, pero van a hacer falta más espías, más inteligencia preventiva, más guardavías, más CNI, muchos idiomas raros. Hay que poner en marcha esos másters de encargado de obra y espía, o agente de inteligencia. Hay que rehacer los currículums a toda lait. Que abran ya el Centro de Estudios Islámicos, la temporada, las matrículas. En Zgz hay mucha tradición de academia militar clásica, de manera que se podría abrir una subsede del CNI con la UZ, hay que hacer redes de inteligencia previsora, y esto también es logística, idiomas, contactos, etc. Las dictaduras tienen bien organizada la delación rutinaria, ahora hay que reinventar una seguridad abierta, democrática, en red, elástica. Y no pueden ser empleos precarios.

*Periodista y escritor