Hoy se reúne una mesa de diálogo de la comisión del agua para revisar un pacto del agua que con sus diversos avatares, fue un buen hallazgo cuando se constituyó, en 1992. Y es plausible la intención del Gobierno de Aragón para revisitarla y adaptarla a las circunstancias actuales. Pero no será fácil. Y no lo será si no hay voluntad de acuerdo, algo que parece complicado si se escuchan las intenciones previas de diversos agentes implicados. Ni el Gobierno de Aragón puede capitalizar el debate, ni el PP puede permanecer al margen con juicios previos. Pero tampoco pueden cerrarse en banda los principales protagonistas de esta mesa, los regantes y las entidades ecologistas. Ambos tienen motivos de peso suficientes como para mostrar sus posiciones. Pero eso se hace sentándose para negociar y con voluntad de diálogo. Hay que cerrar un debate que dura ya 105 años. Desde los tiempos de Joaquín Costa.