Mañana se estrena una película diferente: Miau, dirigida por Ignacio Estaregui.

Una historia que nos sorprende por el perfil de sus personajes, plenos de inteligencia y humanidad, de sentido del humor e imaginación.

Será, entre otros motores de la trepidante acción, esa fantasía la que les lleve a urdir un robo en un museo, menos para lucrarse con el botín que para sentirse vivos, pues a su edad, en los sesenta todos, la rutina, la fatiga, el olvido les amenazan. La acción, el peligro y la risa les devolverán las ganas de vivir, de sentir, de enamorarse y, sobre todo, de correr, de lanzarse al presente y sentir en la cara las palabras, las caricias del viento.

La banda de Estaregui, inspirada en el cosmos del escritor Juan Luis Saldaña e interpretada en la adaptación a la pantalla de Hilo musical para una piscifactoría por José Luis Gil, Manuel Manquiña, Luisa Gavasa y Alvaro de Luna hará las delicias de los espectadores con sus locas ocurrencias y chispeantes diálogos, pero también invita a pensar a fondo en la amistad y en el amor, en la soledad y en la muerte.

Comedia, Miau lo es, desde luego, y divertidísima, surreal, corrosiva, pero la cinta, lejos de quedarse en el mero ingenio, desciende a niveles de profundidad en su disección de las relaciones humanas, de los motivos para vivir con intensidad o para dejar de hacerlo.

Película brillante, alegre, originalísima en su factura, estilo narrativo y visual... La mano mágica del productor y actor Jaime García Machín mueve los hilos de una factoría donde el cine respira, los géneros desvanecen sus fronteras y los arquetipos viven en inolvidables personajes que nos contagian sus emociones y sueños.

El equipo de Miau, con un director, Estaregui, al frente, cuya cámara tiene voz propia, pues aporta un nuevo lenguaje y otra manera de entender el guión, ratifica la magnífica base de nuestros nuevos cineastas. Técnicamente impecable, el desarrollo artístico de la firma Estaregui&Machín y cia se nutre del cine clásico, cuya historia conocen a la perfección, enriqueciéndola con tonos de humor surrealista y un cierto empaste de realismo mágico.

No dejen de ver Miau. Una joya.