Me interesa la política. A veces hasta me divierte, aunque me proporcione más disgustos que mi equipo de fútbol. Quienes sienten lo contrario no son conscientes de que, en realidad, todo en la vida es política, desde que te levantas. Lavarse los dientes es seguir una política preventiva, comprarse cuatro retales y confeccionar con ellos una vestimenta digna es de admirar. porque hacerlo con seis metros de tela no tiene mérito alguno.

Observo a nuestros representantes, escucho a todos y nunca dejan de sorprenderme, o más bien me asombra cuando muestran estupefacción y cuando se escandalizan. Sí, me maravilla que quienes se rasgan la camisa, ante un compromiso a cuatro, les ha parecido estupendo formar ayuntamientos a tres. Es lo que tiene la democracia y las nuevas configuraciones, no siempre gobierna el más votado, sino quien mejor pacte. Los mismos que hoy sobreactúan en su desconcierto anunciaron sus coaliciones en la misma madrugada electoral y ahora pregonan que el nuevo proyecto para gobernar Aragón, que ha llevado diez semanas de conversaciones, está vacío de contenido y que navega a la deriva.

Me he tomado la molestia de leer las medidas acordadas por los cuatro socios y, aunque no sean nada revolucionarias, ya desearía que se cumplieran en un 60%.

Celebré el acuerdo hace unos días colgando una entrada en Facebook en la que no nombraba a los políticos sino a nuestros grandes actores de Oregón TV, que con tan buen humor y respeto los parodian. Confieso que disfruté viendo cómo cómicos y políticos añadían sus comentarios en tan humilde foro.

Sí, continúan Rafa Blanca en la presidencia, Jorge Asín como clavillo del abanico, y Alfonso Pablo para hacer realidad el sueño de Canfranc. O mucho me equivoco o Alfonso Palomares va tener que buscarse un papel más de centro, porque doy por hecho que Marisol Aznar bordará el suyo como veinteañera predoctoral y que Chavi Bruna tendrá que parodiar al quinto elemento, en un papel más importante de lo que cualquiera pueda creer.

No quiero que se marche mi gran Luis Rabanaque de la oposición y, no, tampoco me olvido de ese partido que no pienso nombrar. De ese que banaliza sobre los diferentes y sobre la violencia machista, de ese que está tan en contra del Estado de las Autonomías, pero que ocupa tres sillones en las Cortes de Aragón. Para ese pido el papel de fantasma del Pignatelli, que no se ve, y que su tétrica amenaza ha servido para que cinco partidos se unan y hagan aquello para lo que fueron votados: trabajar para sacar adelante un proyecto.

Seré ingenuo, todo se puede desarticular en la Aljafería, claro que también en la plaza del Pilar. Por lo pronto, que nadie me pinche el globo. No durante las vacaciones.

*Escritor y profesor de la Universidad de ZaragozaSFlb