El Gobierno, en su vírica improvisación (el ministro Illa siempre «lo está estudiando»), podría o no, ya se verá, obligar a respetar confinamientos especiales a los asintomáticos de covid-19. Aquellos que, siendo portadores y agentes de contagio, no desarrollan la enfermedad ni evidencian síntomas. Dichos ciudadanos, una vez localizados por los tests rápidos que tan lentamente van testando a la población, deberán aislarse o ser aislados en espacios públicos habilitados para ello (hoteles, pabellones…). Lazaretos, para entendernos, con el papel preventivo de las antiguas leproserías, en las que se pasaba cuarentena o se moría.

Pero, ¿cuántos asintomáticos hay en España? El ministro Illa, que lo está estudiando, no ha avanzado cifras. Algunos científicos hablan de cientos de miles, incluso de millones de españoles asintomáticos a los que habrá que confinar en condiciones de total aislamiento. ¿Ya cabrán todos en esos pabellones, hoteles…? El ministro Illa está estudiando el modelo chino, quizás para importarlo, no sabemos aún. Pero, para replicar esa pauta sanitaria convendría recordar que los chinos, bajo su dictadura, no han osado revelarse a medida gubernamental alguna. ¿Serán, sin embargo, tan obedientes los españoles?

El ministro Illa no está seguro de que así sea y ha consultado con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, preguntándole qué pasaría si miles de españoles se negasen a confinarse en esas arcas de Noé, solos, incomunicados y bajo vigilancia las veinticuatro horas. ¿Deberán ser perseguidos, detenidos, procesados, analizados, clasificados y encerrados en arcas de Noé?

El ministro de Justicia no lo estaba estudiando, pero se ha puesto a ello. Por si las moscas, ha preguntado a los jueces, que también tienen que estudiarlo, aunque ya adelantan que si hay oposición o denuncias de los ciudadanos (¿de miles de ellos?) no podrán resolver ni sentenciar colectivamente; deberán examinar caso por caso, asintomático por asintomático.

Noé lo tuvo más fácil para llenar su arca y su diluvio duró menos que nuestra pandemia, por eso salió a flote. Ya veremos Illa.