Hace un año el presidente norteamericano G. Bush se paseaba por la cubierta de un portaviones disfrazado de piloto de combate para proclamar ante el mundo lo que estaba escrito en una pancarta colgada del puente de mando: "Misión cumplida". Etimológicamente, "misión" significa "envío" y más de uno llegaría a preguntarse quién había enviado a semejante misionero a ningún lado y con qué objetivo. Seguramente todos nos hemos topado con ciertas personas que van repartiendo consejos a troche y moche a los demás sin que nadie se los haya pedido. Quizá se crean benefactores de la humanidad, aunque pocos se sienten necesitados de sus exhortaciones. Pues bien, de forma análoga, las fuerzas armadas norteamericanas y "aliadas" en general llevan años repartiendo supuestamente libertad, paz y democracia incluso dejando calcinado el terreno amigo y friendo a balazos a quienes presuntamente socorren sin que nadie les haya dado vela para el entierro que montan a las primeras de cambio. Lo decía el otro día en nuestros televisores un vociferante hombre iraquí mientras señalaba el montón de escombros de lo que había sido su casa: ¿esta es su forma de liberarnos de la dictadura?, ¿tengo ya algún futuro?, ¿por qué no se van? Aznar le respondía indirectamente desde las páginas, cómo no, del ABC: lo hacemos por tu bien, lo hacemos por librarte de los esbirros del terrorismo internacional.

No obstante, el pueblo norteamericano (y el español) poco tiene que ver con semejante desastre: los responsables son sólo algunos de sus dirigentes, con Bush, Rice, Cheney y Powell a la cabeza, y la ingente cantidad de espurios intereses de algunos grupos ideológicos y financieros.

NO HACE MUCHO tiempo algunos se empeñaban en contraponer "América" a la "Vieja Europa", cuando en realidad la historia de los Estados Unidos no es entendible sin las raíces europeas más genuinas, pues desciende directamente, por un lado, de los planteamientos y proyectos de John Locke, Montesquieu, la Ilustración francesa y el Empirismo inglés. y, por otro, de las migraciones puritanas exiliadas de Inglaterra, con el navío May Flower a la cabeza. El pueblo norteamericano es tan inocente como cualquier otro del último infierno que sus tropas están causando desde la invasión a Irak. No es difícil, pues, imaginar el particular horror con que muchos ciudadanos estadounidenses y británicos contemplarán las escenas de tortura y humillación a las que sus marines han estado sometiendo a prisioneros iraquíes.

En este mismo orden de cosas, como un fardo más proveniente del cargamento más rancio de las bodegas del May Flower , aparecía recientemente en la prensa la noticia de que científicos del Centro Nacional para la Educación Científica y del Museo de Paleontología de la Universidad de Bekeley, en California, junto con otros organismos culturales y científicos del país, han creado una organización en defensa de la enseñanza de la teoría de la evolución, frente a otras instituciones, públicas y privadas, empeñadas en fomentar, en cambio, la enseñanza de las doctrinas creacionistas propugnadas desde el intransigente fundamentalismo de ciertas instituciones reaccionarias y religiosas. Ese concepto de "vejez" no atañe a Europa o a América, sino a los bastiones más recalcitrantes del mundo, estén donde estén, América incluida. Es la misma "vejez" absurdamente satisfecha del sinsentido de Irak y responsable de la muerte de tantos inocentes.

SIN QUERER incurrir en sentimentalismos, espantan y estremecen tanta muerte (¿son ya setenta mil los iraquíes muertos en un solo año?), tanta desolación, tanta destrucción. Dostoievski, en unas páginas memorables de su novela Los hermanos Karamazov , emplea como argumento irrebatible contra cualquier intento de justificar el sufrimiento y el mal el dolor gratuito e injustificable de un niño. Hoy son también muchos miles de niños iraquíes los que rebaten las patrañas y los embustes de los poderosos y sus adláteres.

¿Recuerdan ustedes una fotografía en la que Bush y Aznar, pies sobre la misma mesa, compadrean, ríen y alardean de quién está más en forma y corre en menor tiempo una misma distancia? Estaban urdiendo y organizando el siguiente reparto, a golpe de mamporro, de consejos no solicitados y de libertades y democracias por el mundo. De momento, han conseguido que Irak tenga más hambre, menos agua potable, más miseria, menos energía, más dolor y más odio. Y, para colmo, por no tener, ni siquiera ha tenido y tiene armas de destrucción masiva. Enhorabuena, señor Aznar. Siga dando a conocer con artículos como el publicado hace unos días su talla política y moral. En realidad, muchos ya la conocíamos, pero nunca está de más que usted nos lo vaya recordando de vez en cuando.

*Profesor de Filosofía