Cuando el Papa Clemente V suspendió la Orden, los templarios pasaron a formar parte de otras órdenes. En Aragón, ingresaron en la de Montesa; en Portugal, el rey Doinís creó la Orden Do Cristo; en Alemania, se acogieron a la Orden Teutónica; tan sólo en Escocia persistieron los originales caballeros templarios, pues la orden nunca se disolvió allí. Es por este motivo que muchos piensan que el espíritu templario sigue vivo en la actualidad.

También, probablemente, Julia Navarro, cuyo párrafo anterior he interlineado de su aclamado best-seller La Hermandad de la Sábana Santa , un thriller histórico que la ha llevado a copar los primeros puestos en las listas de libros más vendidos.

El éxito de esta novela reside, fundamentalmente, en su ajustada combinación de información y acción novelesca. La autora dosifica con habilidad la larga peripecia de la reliquia desde su contacto con el cuerpo de Cristo hasta su posterior traslado a la ciudad de Edesa, cuyo monarca sanaría de lepra al contacto con el sagrado lino. Allá, en los umbrales de la historia, nacería la secta de los mudos, los secretos guardianes de la reliquia, sus custodios y patronos, y también, por delegación de la esencia milagrosa del sudario, sus magos.

Esos hechiceros atravesarán los siglos al amparo de su misión divina, siempre difícil, asediada siempre por la codicia de otros grupos o sectas capaces de cualquier cosa para apoderarse del tejido que reprodujo la faz del Hijo. De esa manera llegamos al día presente, al mundo de las altas finanzas, de los hombres poderosos, de los modernos cónclaves tejidos por la ambición y el poder.

Para agilizar la trama, Julia Navarro dibuja casi cinematógraficamente una larga serie de personajes que, de una manera o de otra, se verán envueltos en la lucha por la posesión de la Sábana.

Una reliquia que, no por haber recibido el revés de la ciencia, en forma del dictamen del carbono 14, que fechó la Síndone en una edad altomedieval, ha perdido potencia entre el fervor popular, ni un ápice de su mágico significado para aquellos creyentes que transforman en fanatismo su ideología religiosa.

Personajes actuales, del mundo de hoy, periodistas, expertos en conservación patrimonial, policías, sacerdotes, tiburones financieros, hasta el presidente de los Estados Unidos aparece en el argumento como referencia de los altos vuelos en que se emplean los nuevos caballeros templarios, o los descendientes de aquella remota secta de los mudos que naciera en Edesa, al amparo del primer traslado del lino santo.

La novela, larga pero trabada, está escrita con un lenguaje asequible, sencillo, procedente de la práctica periodística de su autora.

Quien, sin embargo, se maneja bien en el terreno de la narrativa larga, en el diálogo, en la literatura de acción, y sabe mover a sus criaturas con variedad y buen tino.

Una novela entretenida, refrescante, que nos suministra toda la información sobre uno de los hitos más controvertidos, polémicos, seductores y novelescos de la historia del cristianismo.

*Escritor y periodista