El Mobility City cumple un año y va. Aunque despacio, y quizá los zaragozanos no ven todavía lo positivo de la transformación del Pabellón Puente y esas joyas de la Expo que la Fundación Ibercaja ya dispone para montar un museo que ahora no verá la luz hasta dentro de un año. Pero el compromiso institucional y el de las empresas que se suman, y ya van 30 socios, ahí está. Está bien que Zaragoza vaya a ser el centro de la revolución de la movilidad sostenible, y ojalá se consiga, pero choca que con el nuevo gobierno municipal se dé un paso atrás paralizando el proyecto de la línea 2 del tranvía y no se sepa muy bien cómo serán esos buses eléctricos que siguen sin llegar. Da la impresión que hay dos realidades en Zaragoza.