No todos los empresarios son iguales, aunque aparentemente puedan verse muchos parecidos entre ellos. Pero a la hora de defender unas posturas en los pactos políticos poselectorales se están viendo cuestiones bien distintas. Está claro que todos piden moderación, y ahí les asustan todas las formaciones que se ladean mucho hacia algún extremo (sobre todo si es el izquierdo) pero en unos territorios hacen unas apuestas, en otros, planteamientos distintos, e incluso dentro del mismo sitio, unos asumen lo que algunos detestan. Ahora se puede ver con los posibles pactos para la formación del Gobierno de España.

El pacto de izquierdas PSOE-Podemos no gusta para nada al Círculo de Empresarios. Dicen que no van a apoyar ese gobierno de izquierdas e insistían esta misma semana en que lo mejor es la gran coalición PSOE-PP-Ciudadanos. A su juicio solo esta unión temporal de partidos permitiría aliviar la preocupación de un gran número de ciudadanos y empresas ante un programa de gobierno que consideran perjudicial para la economía y la estabilidad institucional, en referencia a ese preacuerdo entre el socialista Pedro Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Y se les ocurre poner como ejemplo el modelo de la Comisión Europea recién elegida con el apoyo de socialistas, conservadores y liberales, por lo que se preguntan por qué lo que ha sido posible en Europa no puede ser realidad también en España. Por eso solo piden mayorías centradas y estables para los pactos y reformas que necesita España, desde su punto de vista y advierten contra los aliados situados en el extremo del tablero político.

Sin embargo, no se les ocurre poner como ejemplo el pacto de Aragón. Después de las elecciones autonómicas de mayo de este mismo año, no hubo ningún empresario que pidiera que PSOE y Ciudadanos (que tenían mayoría suficiente para formar gobierno) llegaran a un pacto. Y mucho menos que socialistas y populares pactaran para evitar esos extremos que tanto parecen doler a los patronos como Podemos y Vox (que también anda por el otro extremo). Al menos, públicamente nadie dijo nada. Muy al contrario, se optó enseguida por apoyar el acuerdo entre el PSOE de Lambán y el PAR de Aliaga que incluía, inevitablemente, al Podemos de Escartín y a la CHA de Soro. Incluso, algún destacado dirigente empresarial hizo de enlace entre el PSOE y Podemos cuando todavía no se había dado definitivamente el paso hacia el pacto.

Y lo que aún es mejor, para aquellos empresarios que hablan desde la capital del país, y que optan por socialistas, populares y los del partido naranja, no les debe servir de ejemplo el que después de cuatro meses largos de gobierno aragonés cuatripartito, todo parece fluir sin ningún problema. Y avances ha habido, como la presentación de los presupuestos para el próximo año o el anuncio de que Amazon va a tener en Aragón tres importantes centros para guardar datos en la nube. Y se supone que ambas cuestiones interesan y mucho a los empresarios. A todos. ¿Por qué lo que es bueno para Aragón no puede ser bueno para España?. Pero también ha habido otras comunidades con pactos de izquierdas y no ha pasado nada. ¿Qué priman los empresarios a la hora de expresar su apoyo a uno u otro acuerdo de gobierno? Porque algunos de los dirigentes empresariales aragoneses también están en Madrid y no hablan tan mal de lo que ocurre en Aragón...

Claro que al final de esta semana también se veían como otros empresarios (no los del Círculo, sino más bien los de CEOE), empezaban a asumir el pacto del abrazo y, aún pidiendo moderación y diciendo que serán beligerantes si hay grandes subidas de impuestos, no recomendaban ya ningún otro tipo de acuerdo entre partidos. Es verdad que tener al lado a los independentistas catalanes no le gusta a nadie (pero, en condiciones normales, tampoco hay que ver que el apoyo de ERC a un gobierno PSOE-Podemos es descabellado, porque el nombre del partido empieza por Esquerra...). Lo importante es la estabilidad, y ahora hay que añadir, dentro de un orden constitucional. Pero nadie debe olvidar que todos los parlamentarios que tienen que elegir al próximo presidente del Gobierno español (el que sea), el otro día acataron la Constitución, la de los 41 años.

Los empresarios, todos, tienen que empezar a cambiar de mentalidad política. En Aragón, muchos ya lo han hecho y no pasa absolutamente nada. Y si un ejemplo es la Comisión Europea, otro lo es Aragón y los modelos sirven. Al menos el de aquí funciona bien. De momento.

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